Respira, siente y suelta
Aunque pueda parecer increíble, una respiración consciente, pausada y profunda actúa sobre nuestro organismo de forma similar a los tranquilizantes o ansiolíticos, activando sustancias y sistemas opuestos a los de la respuesta del estrés, y producen una sensación agradable de relajación y tranquilidad.

Cuando somos pequeños, respiramos con naturalidad, sin esfuerzo, y sin poner ningún tipo de control. Sólo hace falta observar como respiran los bebes cuando duermen para entender en que consiste una respiración completa y fluida. Sin embargo a medida que crecemos nuestra respiración se ve alterada de forma inconsciente en respuesta al estrés, experiencias traumáticas y presiones externas. De esta manera nuestra respiración adapta una forma que está directamente relacionada con nuestro estado de ánimo.
Una de las funciones que tiene mayor incidencia en la salud física y mental es la respiración. A la vez, en la respiración se reflejan las emociones, los sentimientos, la relación con el entorno y el estado general del cuerpo. Por eso, aprender a respirar te puede ayudar significativamente para gestionar de una manera más adecuada tus emociones. la respiración es la única actividad de esa categoría sobre la que podemos ejercer un importante margen de control. De ahí que podamos aprender a manejar nuestra respiración para nuestro bienestar.
La respiración cambia según la emoción que predomine en nuestra mente. Cuando sentimos miedo, se hace más difícil respirar, es como si nos quedáramos sin aire. Una respiración consciente, nos aportará una mejora en nuestra cantidad de sangre como hará que tengamos mayor capacidad de digestión, a la vez nuestras glándulas pituitarias (glándulas de la vejez) y la pineal (glándula que estimula el sueño) rejuvenezcan..
Siendo conscientes de nuestra respiración nos beneficiará en:
- Refuerza el sistema inmunológico: ayuda a eliminar residuos tóxicos.
- Normaliza los latidos del corazón.
- Ayuda al sistema digestivo: colabora en el proceso de digerir los alimentos.
- Nos permite descansar mejor: influye en procesos metabólicos que regulan el sueño.
- Disminuye el estrés: ayuda a controlar la ansiedad.
Una respiración consciente, nos aportará beneficios tanto biológicos como espirituales, para así estar más lúcidos en las situaciones del día a día y saber cómo actuar de la mejor manera con una mente más clara y a la vez con una mejor salud. No es necesario hacer complicados ejercicios respiratorios, ni encerrarse a oscuras, ni cantar mantras para tomar conciencia de la respiración. Sí que es recomendable las primeras veces estar en silencio y a ser posible con los ojos cerrados para evitar estímulos externos. Es tan sencillo como observar nuestra respiración, como inspiramos y como espiramos sin cambiar nada, y poco a poco alargar tanto la inspiración como la espiración (contar hasta 4 al inspirar y 4 al espirar puede ayudar).